domingo, 26 de enero de 2014

EN HOMENAJE A ANTONIO POZUELO

Escribía el día 08 de noviembre de  2013, en mi perfil de facebook, la siguiente frase: 

El silencio a veces es un signo inequívoco de vergüenza, o de indiferencia, o de complicidad. Hoy mi silencio es producto de un profundo DOLOR. El café en Peniel, a las 7:15 de la mañana nunca sabrá igual; pero siempre estará el aroma del café. DEP

Esta frase iba dedicada a mi buen amigo Antonio Pozuelo López, quien partió para reunirse con su Señor muy pronto, demasiado pronto..., por lo menos para nosotros, aunque sabemos y estamos confiados de que el propósito de su creador es el perfecto, y nosotros ahora vemos  las cosas como a través de un espejo, pero llegará un día en que estemos juntos y lo veremos todo cara a cara. Ese día ya no habrá más dolor, ni más lágrimas, y nuestro mismo Dios enjugará cada una de ellas.

A mi buen amigo Antonio yo no lo puedo definir, pero sí que puedo decir que fue un hombre cariñoso, amable, amigable, compañero, entregado, desprendido, comprometido, sincero, valiente, consecuente, y podría seguir desgranando muchos más calificativos para tratar de acercarme al buen ser humano y persona que tuve el privilegio de conocer y ser su amigo.

Recuerdo mi última conversación con él, sentado, como siempre, en el porche trasero de la cocina de Peniel, al lado del economato... Su gran preocupación no era su salud, sino sus "niñas", y el difícil y complicado año que les había tocado vivir.

La verdad que nunca tuve una respuesta para éso, solo podía decirle, con todo el cariño y respeto, que a veces Dios hace cosas que no tienen sentido para nosotros, y es el amor a El lo único que nos da las fuerzas necesarias para ser obedientes a su voluntad, aunque sea trágica. 

No pude asistir a tu funeral, ...., por eso estas palabras, porque creo que este pequeño tributo es necesario, y porque quiero hacerlo en homenaje a un hombre que me enseñó tantas cosas. Y espero que Mari Carmen, María y Sandra puedan entender y respetar estas letras escritas pausadamente, con todo mi amor para ellas.
Antonio con sus niñas
Sé que alguno me dirá con la siguiente frase que no soy nada bíblico, pero hoy me voy a permitir la licencia: quizás ahora estés en el cielo preparando el café todas las mañanas a las 7:15, como hacías en PENIEL, aquí nos ha quedado impregnado su aroma.

Como siempre, y a partir de ahora, desde el centro de Andalucía, ¡salga el sol por Antequera!


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