sábado, 5 de noviembre de 2011

EL DIA DE LA MARMOTA (Atrapado en el tiempo)

En la maravillosa película protagonizada por el gran actor Bill Murray, y dirigida en el año 1993 por Harold Ramis, con guión del propio director y de Danny Rubyn, con la no menor aportación interpretativa de una jovencísima Andie Mcdowell, vemos a un gruñón protagonista que continuamente revive el mismo día, con las mismas circunstancias, los mismos problemas, y las mismas conversaciones con las mismas personas. La película, un éxito de taquilla en su día, y que aún hoy es muy agradable de ser visionada, quizás por ser una fábula moderna que bebe en las fuentes de Dickens (cuento de Navidad) y de regreso al futuro, me hace pensar y me recuerda a la historia del pueblo de Israel en su éxodo por el desierto, dando siempre vueltas al mismo sitio, repitiendo una y otra vez la queja infundada al Dios que los había libertado de la esclavitud de Egipto, ¡para qué nos sacaste de Egipto!



Esto mismo es lo que veo muchas, demasiadas diría yo, veces en la Iglesia.

Es bastante frustrante ver continuamente como algunas personas, una y otra vez, repiten exactamente sus conductas, sus manifiestos errores, sin ningún interés por cambiar, queriendo incluso a veces mantener un status quo que creen haber ganado por los muchos años que llevan haciendo lo mismo.

En la película, el protagonista, cómo no, es liberado por el amor; y ese mismo poder, el poder el amor, es el único que puede hacer que la iglesia avance cada día, que no se quede atrapada en el tiempo que está viviendo, por el poder del AMOR de DIOS, que sabemos que todo lo puede, todo lo soporta...

Aprendamos de su amor, y demos frutos de amor, adelante Iglesia, avanza en el nombre de Cristo.