domingo, 20 de enero de 2013

TRIBUTO A LA CABINA

Acabamos de cumplir 40 años de la genial obra de TV "La Cabina", dirigida en 1972 por el no menos genial Antonio Mercero é interpretada genialmente (hoy la cosa va de genios...)  por José Luis López Vázquez.

Siempre me ha impresionado este corto de televisión, desde que lo ví muy pequeñito y nadie lo entendía, ..., por lo menos en el ambiente en el que yo me movía.

Ver la angustia del actor principal, encerrado en una cabina de teléfonos, donde no puede ni siquiera comunicarse con nadie del exterior, cuando lo cierto es que un teléfono precisamente es un instrumento para todo lo contrario, para poder comunicarte muy lejos (tele...)

Nadie tiene solución para aliviar siquiera su angustia, no para encontrar solución, ni los técnicos, ni la policía, ni nada ni nadie, abocado a un final trágico, la muerte en desesperación.

Mucho se ha escrito sobre el verdadero sentido, aunque es sabido que se trataba de una crítica al franquismo, ese sistema político que impedía a sus ciudadanos cualquier contacto con el exterior y asfixiaba a los que precisamente tenían ese anhelo. Es curioso que consiguiera un Emmy, un galardón extranjero, ..., cumpliéndose aquello de que nadie es profeta en su tierra.

Pero hay explicaciones para todos los gustos, pudiendo entender que es una crítica a los sistemas comunistas, que, al igual que la cabina era algo tecnológico y por lo tanto de innovación, introducen sus teorías en contra de los regímenes consolidados que funcionan correctamente...; o podemos ver en la actualidad que se trata de una crítica a la prensa rosa, que es capaz de transmitir en directo la miseria humana y el drama humano, sin importarle nada...; o es una crítica en fin de cualquier sistema que te hace ser esclavo sin posibilidad de liberación, como pueden ser las hipotecas a 25 años o los contratos de permanencia en las companías telefónicas...

Como siempre, y es el sentido de este escupitajo (te recomiendo que leas la primera entrada de este blog para que entiendas lo que digo con lo de escupitajo), la iglesia no puede convertirse en un "sistema" que ahoga, pues como dijo el apóstol Pablo en la carta a los gálatas, a libertad hemos sido llamados, y en este sentido predicó el domingo pasado mi médico del cuerpo y del alma particular, mi buen amigo Martín González.

Amemos esa libertad con la que Cristo nos libertó, nos rescató, a nosotros, que estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, y nos dio vida nueva, abundante, llamándonos a no estar ni sentirnos oprimidos por nada ni por nadie.

Desde el centro de Andalucía, ¡salga el sol por Antequera!



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